miércoles, 13 de diciembre de 2006

A eso.....llámale.....




A eso..........

de caer y volver a levantarte,

de fracasar y volver a comenzar,

de seguir un camino y tener que torcerlo,

de encontrar el dolor y tener que afrontarlo.

A eso..., no le llames adversidad, llámale
Sabiduría

A eso..........de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de planear un vuelo y tener que recortarlo,de aspirar y no poder, de querer y no saber, de avanzar y no llegar. A eso..., no le llames castigo, llámale


Enseñanza


A eso....de pasar juntos días radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y días de compañía. A eso..., no le llames rutina, llámale


Experiencia


A eso...de que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione y tus manos trabajen, y tu alma irradie, y tu sensibilidad sienta, y tu corazón ame... A eso..., no le llames poder humano, llámale


Milagro


A eso....de que tus ojos estén leyendo este mensaje y que tengas el tiempo para disfrutarlo, que escuches esa melodía y tengas esa sensación de cariño...A eso..., no le llames casualidad, llámale


Amistad

(Anónimo - Desconozco el autor)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es importante resaltar que de un tiempo a esta parte cada vez tiene mas importancia la protección a nuestro medio ambiente, y no es por casualidad, sino porque escuche por ahí que el Humano es el Ser que esta destruyendo con mayor intensidad la biodiversidad de nuestro Planeta... Es bueno reflexionar sobre esta situación, es en este sentido que lo mínimo que debemos hacer, es apoyar sitios como este, que nos enseñan a valorar la vida y la naturaleza... Es por esto que quiero felicitar a mi amigo el Ing. Juan Carlos Villagomez porque con esta pagina web, el esta aportando en el sentido de hacernos reflexionar y que todos apoyemos en mejorar nuestra calidad de vida, sin hacer daño a nuestro planeta... que valga la aclaración que es el único que tenemos... Compañero Villagomez quiero dedicarle una historia que refleja su inquietud de colaborar con el prójimo.

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice: - ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde: - Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.